Interjección bien costeña de Ecuador, muy oída en Los Ríos, para soltar sorpresa, susto o admiración cuando pasa algo heavy. Suena fuerte, como si fueras a insultar, pero normalmente no va con mala leche. Es el típico grito que te sale cuando algo te deja loco en seco.
"¡Caracho! Ese man se metió por la callecita angosta y aun así dio la vuelta al carro como si nada, ni rozó el bordillo."