Expresión usada cuando alguien se avienta una plática larguísima, que parece que nunca va a acabar, típica de esos platicadores que no se callan ni dormidos. Es como cuando preguntas algo sencillo y te contestan con una novela completa. La neta puede ser chistoso al principio, pero luego ya nomás quieres escapar.
"No le preguntes nada al profe Ramírez porque se arranca con sus charlas de cabezón y acabas sabiendo hasta qué desayunó en tercero de primaria, no manches."