Dicho de Atacama para pedir o describir un café cargadísimo, de esos que te dejan con los ojos como plato y el corazón a mil. La idea es que te lo metes directo a la sangre, como si fuera combustible para sobrevivir al sol del desierto. Exagerado, sí, pero bien gráfico y con su gracia.
"Compadre, sírveme otro desierto en vena, que con esta pega nocturna me duermo parado y mañana tengo que estar arriba tempranito."