Se dice cuando alguien se encierra en sí mismo y se aísla, como si se echara el pestillo por dentro y no quisiera ver a nadie. Suele salir en plan preocupación o reproche cariñoso, rollo: deja de esconderte y vuelve a la vida. Muy gráfica, porque te imaginas la puerta cerrada y tú fuera, comiéndote el aire.
"Desde que lo dejó la novia, ha echado el pestillo y no hay quien lo saque, ni para las cañas en la plaza ni pa las fiestas del pueblo."