En Puebla se usa para decir que alguien exagera, adorna o le mete mucha crema a sus historias, como si le pusiera calabaza de más al guiso. Es cuando cuentas algo sencillo como si fuera una telenovela épica. No es insulto grave, pero sí un jalón de orejas cariñoso. Y la neta, a veces hasta se agradece el drama.
"Ya, Lupita, no le eches tanta calabaza, solo te resbalaste en el charco, no te atropelló un tráiler ni explotó la colonia entera."