En Coquimbo se usa para hablar de tirarse a descansar con todo el relajo, sin culpa y sin apuro, casi como convertirse en un vegetal feliz. Es ese momento en que tu única preocupación es la almohada y el sillón. Suena fino, pero en verdad es puro ocio del bueno, y hay que decir que tiene su encanto.
"Hermano, después del carrete del finde y la caña asesina, hoy me voy a echar la crema todo el día en el sillón viendo series y comiendo completos"