Se dice cuando alguien anda tenso, rígido o todo nervioso, como si tuviera el cuerpo amarrado. Puede ser por estrés, por preocupación o porque está metido en un lío grande y no sabe ni pa’ dónde coger. Es muy de hablarlo en la calle, y pinta perfecto a la persona que no se relaja ni a palo.
"Desde que Pedro perdió la billetera anda apercollao, mirando pa’ todos lados, como si debiera plata y la suegra ya lo tuviera fichado."