Se dice cuando alguien está tan a gusto que parece que no le pesa ni el aire: tirado, cómodo, sin prisas y con cero preocupaciones. Vamos, en modo sofá, manta y que el mundo espere. Lo del roscón va por lo blandito y lo bien plantado, como si tú también estuvieras en bandeja, calentito y feliz.
"Acabé el examen, me pillé una caña y unas bravas, y ahora estoy de roscón en el sofá, que si me llamas me da pereza hasta contestar."