Se dice cuando alguien está en plan pedigüeño, pidiendo cosas sin parar, como si tuviera el chip de pedir activado. Puede ser con cariño o con un puntito de vacile, rollo: no te llega con una y ya estás reclamando otra. Vale para comida, favores, dinero o lo que sea.
"Pero chaval, estás en modo pedir total: te has zampado media barra, te has bebido dos cañas y todavía quieres postre. ¿Te pongo también una mantita o qué?"