Se usa para decir que alguien anda bien cansado, fundido o hasta harto por tanto trabajo, broncas o presiones del día a día. Es como traer encima todo el estrés del mundo y ya no dar una. Suena chistoso, pero también deja claro que la persona ya está al borde del colapso.
"No manches, entre el tráfico, la chamba y los pendientes de la casa ya ando bien negreado, nomás quiero llegar a tirarme en la cama y desaparecer."