En Aysén se usa de forma bien cariñosa para hablar de alguien muy delgado, casi puro hueso, de esos que si se ponen de perfil desaparecen. No es un insulto, más bien un apodo con onda, típico de juntarse en el campo o en un asado. Y hay que admitir que suena simpático decirle así a un amigo.
"Oye, agárrate bien Flacuchento, que con este viento patagón salís volando y después hay que ir a buscarte a Coyhaique entero tiritón."
Apodo cariñoso para alguien muy flaco, de esos que parecen un palito y que uno siente que el viento se los lleva. Se usa entre amigos o familia para vacilar con cariño, no como insulto pesado. Es como decir flaquito pero con más sabor y un toque de burla buena onda, que la verdad hace reír bastante.
"Mire a ese flacuchento, se echó una bandeja paisa entera y sigue igualito, parece que la comida se le pierde en el camino, ni una libra sube el berraco."
Forma juguetona y medio burlona de referirse a alguien muy delgado, de esos que parecen un palito y que con cualquier vientico salen volando. Se usa entre amigos o familia para molestar con cariño, no como insulto pesado. Es de esas palabras que suenan tan graciosas que hasta al flacuchento le da risa.
"Ey, vos, flacuchento, comete algo que con ese vientecito de Popayán te me vas volando y después quién me acompaña a echar chisme en la esquina"