Apodo para el estudiante más aplicado del salón, el cerebrito que siempre tiene la tarea lista, levanta la mano primero y se sabe hasta lo que el profe no explicó. A veces se dice con cariño y a veces con un poquito de envidia, porque el galón nunca pela una nota. Y hay que admitir que da risa cómo se lo toman en serio.
"Mira al Carlos otra vez, el profe ni terminó de dictar y ya entregó el examen completo, vale. Ese galón seguro se sabe hasta la cédula del maestro de memoria."