Se usa cuando alguien va súper confundido, con la cabeza hecha un lío y cara de no enterarse de nada. Es como decir que va perdido por la vida, dándole vueltas a todo y sin saber ni por dónde le viene el aire. Vamos, que va más rayado que el estropajo de fregar los domingos.
"Desde que le dijeron que igual lo echan del curro, el pobre va más rayado que un trapo de cocina, entra al bar, pide café en la ferretería y saluda al perro del vecino como si fuera su jefe."