Se dice cuando te sale un plan improvisado, medio sin pensar, y al final termina siendo una aventura inesperada y buenísima. Es ese típico vamos un ratito y acabas metido en un lío divertido, con anécdota incluida. Suena muy de calle y se usa para darle gracia a la espontaneidad.
"Íbamos a comprar pan y nos fuimos en una josefina, acabamos en el malecón comiendo anticuchos y bailando con unos desconocidos."