Se dice cuando alguien se pone terco, insiste de más o alarga un asunto que ya no da para nada. Es como seguir dándole cuerda a algo muerto, por necedad o por orgullo. Muy de pana para cortar el show y decirle a alguien que suelte eso y siga con su vida.
"Epa, mijo, deja de jalar el trapo con esa chama, si ya te mandó pa'l carajo. Agarra tu dignidad y vámonos por unas empanadas."