Palabra bien de la sierra quechua para hablar de un amigo tan cercano que ya es casi familia, como un hermano del alma con el que compartes todo. No es cualquier pata, es ese con el que has pasado mil historias, buenas y malas, y que siempre está firme a tu lado. Y la verdad, suena bien cariñoso.
"Mi llajtalla cayó a la fiesta con su cajón y su chela, y al final terminamos cantando huaynos a grito pelado hasta que salió el sol"