Se le dice a alguien que va como en su mundo, despistado, colgado o con la mirada perdida, como si no se enterara de la película. No implica nada “secreto”, más bien que está a uvas y te desespera un poco. Se usa para vacilar o regañar suave, según el tono.
"No le preguntes a José qué pasó ayer en la fiesta, ese es un mirao, se quedó mirando al techo y luego juró que no vio a nadie."