Expresión muy usada para aceptar un plan con entusiasmo, como decir claro que sí pero con más sabor queretano. Mezcla sorpresa, emoción y buena onda, como de ya quedó, me late cañón. Suena relajado, de compas, y deja claro que la persona está totalmente puesta para lo que le propusieron.
"¿Te lanzas al centro por unas gorditas de migaja y luego unas chelas en la plaza? Órale, va, pero tú invitas el Uber porque ando bien roto"