En Panamá se usa para decir que estás mirando a alguien con todo el morbo, pendiente de cada movimiento, como si fueras un paparazzi pero de barrio, sin cámara y con más chisme que profesionalismo. Es esa mirada intensa de vecino metido que no se pierde ni un detalle. Y hay que admitir que la palabrita tiene su flow.
"Oye, deja de paparazziar a la vecina, que va a pensar que estás más pendiente de ella que del partido de la Sele"