Se dice cuando te largas rápido de un sitio, normalmente porque la cosa se está poniendo tensa o porque no quieres comerte el marrón. Es como decir abrírse, pirarse o salir por patas. Muy útil para desaparecer con dignidad antes de que te caiga bronca o te pillen en el lío.
"En cuanto entró el jefe y vio el caos en la oficina, nos miramos y dijimos: mejor pedir pista antes de que nos caiga el sermón."