En el Biobío y en Chile en general se usa para hablar de una cantidad muy pequeña de algo, como un poquito, casi nada, pero dicho con cariño y sin mala onda. Sirve tanto para comida como para plata o tiempo. Es de esas palabras que suenan tiernas y que uno usa hasta sin darse cuenta, y la verdad es que tiene su encanto.
"Hermano, échale solo un pichintún de ají a la sopa, que la otra vez casi quedo sin lengua con tu mano pesada."
Se usa para decir “un poquito”, una cantidad chica de algo. Es súper común en Chile para pedir que no te pases con la sal, el ají o lo que sea. Suena tierno y bien de casa, como cuando alguien cocina a ojo y te dice que le eches solo lo justo. Y sí, salva platos.
"Échale un pichintún de sal a la cazuela, po, que la otra vez la dejaste más salada que el mar."
Expresión sureña muy usada en el sur de Chile para decir un poquito, una cantidad pequeña pero que igual salva. Sirve para comida, plata, tiempo o casi cualquier cosa cuando andas medio corto pero con buena onda. Es de esas palabras que suenan tiernas y que uno usa hasta sin darse cuenta, como quien no quiere la cosa.
"Hermana, ¿me pasai un pichintún de yerba pa'l mate? Si echo más agua caliente va a quedar más triste que micro vacía un domingo en la noche."
En Chile se usa pichintún para hablar de una cantidad muy pequeña, casi nada, pero dicho con cariño y un toque medio paternalista. Es como decir un poquito o una migaja, pero con todo el sabor santiaguino. Suena tierno, pero también puede llevar ese tono de ya, si es re poco, no te agrandís tanto.
"Oye, ¿me guardaste un pichintún de pizza o te la zampaste entera, wn? Si sabía, me venía corriendo del metro pa' alcanzar algo."