En Tabasco se usa como apodo cariñoso y medio burlón para alguien que anda remendando, parchando o intentando revivir algo que ya no da para más. Es como decir: ya suéltalo, compa, eso está en las últimas. Va con ternura, pero también con esa risa de quien ve venir el desastre.
"Juan, ya deja ese repujito con el carro viejo, si nomás le soplas y se apaga. Mejor vente, nos echamos un tecito y a gusto."