Apodo medio burlón pero con cariño para ese pana que siempre termina eligiendo comer pollo asado, frito o a la brasa, sin importar si es cumpleaños, graduación o cita romántica. Da igual cuántas opciones haya, el tipo es fiel al pollo. Y hay que admitir que a veces provoca unirse a su religión pollera.
"Fuimos pa' la capital a celebrar el cumple de la chama y el Señor Pollo, en vez de probar algo fino, terminó pidiendo su combo de pollo con papas y refresco gigante como si nada."