Se dice cuando alguien se avienta un discurso larguísimo y medio pesado, soltando explicación tras explicación aunque nadie se lo haya pedido. Puede ser por presumido, por intenso o porque le encanta oírse hablar. Vamos, que en vez de ir al grano, te suelta el rollo completo y te deja bostezando.
"En la junta el jefe se puso a soltar el rollo de las metas 2026 y yo nomás pensaba: ya, compa, di qué quieres y vámonos por unos tacos."