En Paraguay tatú es como se le dice al armadillo, ese bicho con caparazón que parece tanque en miniatura. A veces también se usa en plan apodo para alguien duro, medio raro o que aguanta de todo, como diciendo que es más resistente que un tatú cruzando ruta. Es una palabra muy del campo paraguayo y suena genial, la verdad.
"Che ra’a, anoche casi piso un tatú volviendo de la farra en la ruta, el bicho ni se inmutó y yo casi me voy de cabeza a la cuneta del susto"