En La Rioja se usa para cuando te encuentras con alguien o con algo de golpe, sin esperarlo, y te corta el rollo o te cambia los planes. Puede ser cruzarte con tu ex, con el jefe o con la cuadrilla cuando ibas a otra cosa. A veces hace gracia, a veces jode bastante, pero siempre te pilla a contrapié.
"Iba tan tranquilo a echar unos vinitos por la Laurel y de repente topo con mi ex, su nuevo novio y hasta la suegra, todos ahí plantados como si fuera quedada oficial."
En Barinas, topar es encontrarte de casualidad con alguien o algo, sin planearlo y a veces en el peor momento. Vas tranquilo, doblás la esquina y zas, te aparece la sorpresa. Se usa mucho para cruces inesperados en la calle, tipo gente que no querías ver. Y sí, da su mini infarto.
"Iba por el centro y topé con mi ex comprando chucherías. Me hice el loco, pero ella me vio y me soltó un hola bien atravesado."
En Tlaxcala, topar es encontrarte a alguien de pura casualidad, sin planearlo, y casi siempre en el peor o el más chismoso momento. Aplica en la calle, en el mercado o en el bailongo, cuando jurabas que esa persona ni se iba a parar por ahí. Da coraje, risa o pena ajena, según el caso.
"No manches, fuimos al bailongo en Santa Justina y me topé a mi ex con su nuevo galán, hasta me escondí atrás del puesto de tlacoyos."
En Colima topar es como encontrarte a alguien de repente, ya sea en la peda, en la calle o en la playa echando relajo. Es parecido a decir que te lo cruzaste o que se vieron sin planearlo. Suena muy de la costa y tiene ese saborcito informal que hace que todo parezca anécdota de borrachera.
"Ayer fui nomás por unas chelas a la tiendita y terminé topando a Juancho, ya traía tal cotorreo que casi me jala a otra fiesta sin dejarme avisar en la casa."
En Barinas, topar es encontrarte con alguien de repente, sin planearlo, como cuando vas tranquilo y de la nada te sale un conocido en la esquina. También se usa para decir que te cruzaste con alguien justo en el peor momento, cuando querías hacerte el loco. Es simple, cotidiano y bien de calle.
"Iba relajado por el mercado comprando queso y cambur y, de repente, topé con mi ex. Me hice el loco, pero ella me vio y me saludó con esa sonrisa peligrosa."
En Iquitos topar es cruzarse de golpe con alguien, casi siempre de pura mala suerte, como cuando te encuentras justo a la persona que menos querías ver. Es ese encuentro inesperado que te arruina el plan o te corta la inspiración. Es español estándar, pero allá se siente más como destino cruel que simple coincidencia.
"Me fui al bulevar a relajarme un rato y justo topo con mi ex agarrado de la mano de otra, casi me lanzo al río de la vergüenza."
En Carabobo, topar es encontrarte con alguien de casualidad, normalmente cuando menos te conviene. Es ese cruce inesperado en la calle, en el chino o en una rumba, y tú sin estar listo para dar la cara. Se usa mucho con tono de queja o de mala suerte. Pasa y duele, qué vaina.
"Salí rapidito por pan y en la esquina fui a topar con mi ex, yo en chores y despeinado, qué pena, marico."