Se dice cuando alguien se pira a toda velocidad de un sitio o de una situación incómoda, como si le hubieran puesto turbo en los pies. La gracia es que desaparece en un segundo, igual que una tortilla en un plato cuando hay hambre. Va perfecto para el que ve el problema venir y se esfuma sin dar explicaciones.
"Apenas vio a su ex entrando a la rumba, Jorge se volvió una tortilla voladora, agarró su moto y se perdió por ahí, ni el DJ lo vio salir."