Se dice cuando alguien se desploma o se cae de golpe, normalmente por cansancio, por ir medio mareado o por el trajín del día. Es como un bajón físico en toda regla, de esos que te dejan pegado al suelo un rato. Suena muy gráfico y tiene ese puntito vacilón para contarlo sin drama.
"Ayer curró, luego se fue al partido y por la noche a la disco, y al llegar a casa pegó una tumbalanga en el sofá que ni cenó."