En Boyacá, zarandear se usa para decir que alguien anda inquieto, acelerado o que no se queda quieto ni un segundo, como si tuviera un motorcito prendido. No es tanto sacudir a alguien, sino estar zarandoso, dando vueltas y metiéndose en todo. Sirve para niños, primos intensos y hasta para uno mismo.
"Juanito amaneció re zarandoso, no se sienta ni pa’ comer y ya va por la tercera vuelta a la cuadra, ¿qué se tomó ese chino?"