Se usa para decir que alguien anda todo torcido del cansancio, medio rengueando del agotamiento o ya bien madreado del ajetreo. Es como cuando traes las piernas hechas gelatina y cada paso te pesa. No es solo estar cansado, es andar ya casi arrastrando la pata. Y la neta, suena más chistoso que decir estoy agotado.

"No manches, después de la Feria de San Marcos y las chelas en el jardín, al otro día andaba con la pata chueca, apenas si llegué a la chamba sin caerme en el camión."

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