En Moquegua apachurrarse es hacerse bolita entre las cobijas, medio triste pero tierno, para aguantar el frío y la soledad. Es como decir que te encoges buscando calorcito humano y de paso dramatizas un poco la situación. Suena exagerado, pero la verdad es que todos nos hemos apachurrado alguna vez sin admitirlo.
"Anoche hacía un frío de los mil diablos, no había ni wifi ni abrazo, así que me fui a apachurrar entre las frazadas como cuy asustado hasta que amaneciera."
En Hidalgo se usa para decir que alguien se pone triste, se apaga o se queda con el ánimo por los suelos, casi siempre por desamor, decepciones amorosas o porque la vida le dio un bajón feo. Es como hacerse bolita emocionalmente y andar medio apachurrado todo el día, y la neta a todos nos pasa.
"Desde que la Brenda dejó en visto al Chuy tres días seguidos, el vato anda bien apachurrado, nomás se sienta en la banqueta con su nieve de limón a ver pasar los carros."
En el Cauca se dice cuando alguien se queda bajoneado, triste o sin ganas, como si la vida lo hubiera apachurrado a uno contra el piso. Sirve para hablar de un desánimo bien humano, de esos que te quitan el brillo. No es drama eterno, es más bien estar de capa caída y sin pilas.
"Se me dañó el celu en plena rumba y me apachurré feísimo, parce. Ni el cafecito del abuelo ni una empanadita me devolvieron las ganas de nada."
Cuando estás más deprimido que un lunes por la mañana, tanto que ni las garnachas te levantan el ánimo.
"Desde que cortó con su novia se la pasa bien apachurrado, ni los tacos de Doña Lupita lo salvan."