En Iquitos cuando alguien dice que algo está bonito no habla de que sea lindo ni del pescado, sino de que está carísimo. Es como una forma medio sarcástica de decir que el precio está por las nubes y que el vendedor se ha pasado de vivo. Y sí, duele más que zancudo en tobillo.
"Fui al mercado a comprar camu camu y el precio estaba tan bonito que mejor me fui a mi casa con plátano, yuca y mi dignidad medio rota."