En Tucumán se le dice cargoso a la persona que rompe mucho las pelotas, que insiste, jode y no afloja nunca. Es ese que manda mil mensajes, llama, vuelve a preguntar y no capta la indirecta ni con GPS. Puede ser con cariño o con bronca, pero siempre cansa un poco. Y hay que admitir que todos fuimos cargosos alguna vez.
"No seas tan cargoso, chango, ya te dije que si hay asado te voy a avisar, dejá de caer a cada rato a ver si hay algo para morfar."