Dicho bien costeño para soltar que algo está hecho un lío tremendo: un plan, un cuento, un trámite o una explicación que no hay por dónde agarrarla. Es como decir que está enredadísimo, confuso y lleno de vueltas. Se usa mucho cuando alguien habla y habla y al final no se entiende un carajo. Y sí, suena sabrosón.

"Me puse a cuadrar el viaje con el primo y entre audios, cambios y plata, quedó más enredado que papo de guajiro. Al final nos fuimos pa’ la playa y ya."

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