Se usa cuando alguien está arrechísimo, a punto de explotar de la rabia, como una fiera encerrada. Es más que estar molesto, es ese nivel en el que cualquier cosa que le digan puede ser la gota que derrame el vaso. Muy de cuando te sacan la piedra feo, y la verdad suena hasta cómico de lo dramático que es.
"Marico, ni le hables a la profe hoy, está que ruge porque nadie entregó la tarea y encima se le dañó el carro llegando al liceo"