Forma popular de referirse a trabajar; evoca esfuerzo y jalón como si arrastraras una vaca terca cuesta arriba.

"Mejor vámonos a dormir temprano hoy porque mañana hay que jalar en la maquila desde las siete."

En Costa Rica jalar no es halar una cuerda, es meterse en el mundo del ligue. Se usa para hablar de coquetear fuerte con alguien o directamente andar de novios. Si alguien está jalando con otra persona, es que ya hay algo serio o casi serio. Es de esas palabras ticas que confunden a los extranjeros y por eso tiene su encanto.

"Mae, desde que Diego empezó a jalar con esa chavala del cole ya ni se apunta a las mejengas, fijo está más pegado que chicle"

En Lima se usa jalar para decir que alguien reprobó un curso o un examen, sobre todo en cole, academia o universidad. Es como que el profe te manda directo a repetir porque no diste la talla. Suena fuerte, pero ya es parte del folclore estudiantil limeño y hasta da risa cuando todos están igual de jalados.

"Mano, la firme que estudié, pero la profe de mate es bien achorada y me jaló el curso por llegar tarde y quedarme cabeceando en todas las clases."

En Loreto, jalar es como raptar a alguien pero en versión fiestera y medio sobrenatural. Es cuando en plena jarana, entre chelas, humo y cumbia, alguien desaparece porque otro lo jaló para seguir la noche en otro lado. A veces es para irse a otra fiesta, a veces para el after, y a veces ni el jalado sabe cómo acabó ahí.

"Estábamos en la fiesta del barrio, la cumbia sonaba bravazo y de la nada a Álvaro lo jalaron como saco de papas, desapareció del tono y al día siguiente juraba que había despertado en otra casa en plena punta del cerro."

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