Se usa para hablar de una siesta corta pero bien sabrosa, de esas que te tiras un ratito y te levantas como nuevo. Es como agarrar solo una rebanadita de descanso, no la siesta completa de abuelita. Suena medio raro pero tiene su encanto, sobre todo cuando andas hecho leña y necesitas recargar pilas rápido.
"Andaba hecho pedazos después de la chamba, me tiré una loncha de sueño de veinte minutos y quedé más fresco que lechuga para seguir en el desvergue."