Se dice de alguien que es súper soso, cortante o poco dado a soltar una sonrisa, como si le faltara chispa y hasta saliva. También vale para ambientes o planes que están más apagados que una vela mojada. Lo del “hueso de miguelito” exagera la idea de sequedad a lo bestia, muy de pueblo.
"Fuimos a pedirle al del bar que pusiera música y el tío, más seco que un hueso de miguelito, nos soltó un “aquí se viene a hablar bajito” y se quedó tan pancho."