Forma cariñosa para llamar a alguien medio despistado, que anda perdido en su mundo y no se entera de nada, como un osito bebé que apenas sale de la cueva. Se usa entre panas con confianza, más para vacilar que para ofender. Y hay que admitir que suena tan tierno que hasta provoca adoptarlo.
"Epa, oseznito, ¿otra vez te fuiste por el pasillo equivocado? Te juro que si te suelto en Tucupita terminas preguntando cómo llegar a la cocina de tu casa, chamo."