En Santiago se usa paloma como forma cariñosa y bien de confianza para llamar a una mujer, rollo amiga o conocida. Según el tono, también puede ir con un puntito de burla para decir que alguien anda volado, ingenuo o medio despistado. No es un insulto heavy, pero si lo sueltas con mala cara, pica.
"Ya po, paloma, ¿qué onda? Vas caminando y te pegai en todos los postes, parece que andai en la luna, ¿tomaste desayuno o qué?"