En Iquitos se dice que alguien es un árbol cuando es bien lento, se queda pasmado o no reacciona ni aunque le griten al oído. Es como estar plantado sin moverse, todo sonso mirando la nada. Sirve para vacilar al pata que se cuelga en la conversación o camina a paso de tortuga, y la verdad es que la imagen es buenaza.
"Apura pues, hermano, estás ahí parado como si fueras un árbol del Malecón, ya se fue la combi y tú recién reaccionas, qué tal lentazo eres."