En Corrientes y alrededores, además del bicho lagunero, yacaré se usa para hablar de esa persona que está siempre al acecho, chusmeando todo y metiendo la nariz donde no la llamaron. Vive pendiente de la vida ajena, escucha conversaciones ajenas y opina de todo. Básicamente, un cocodrilo del chisme, con mucha curiosidad y cero discreción.
"No seas yacaré, che, dejá de asomar la oreja en cada charla y andá a fijarte si el agua del mate ya hirvió."
En Corrientes, yacaré no es solo el bicho de los esteros. También se le dice a alguien pesado, porfiado o difícil de tratar, de esos que no aflojan ni aunque les ruegues. Sirve para marcar que una persona es dura de roer o que una situación viene complicada. Tiene tono de reto cariñoso, pero pica.
"Dale, no seas yacaré, che. Te pedí una sola cosa y seguís terco como mula, encima me discutís por el mate cocido."