Se usa para hablar del montón de trastes sucios acumulados en el fregadero que parece crecer solo cada vez que parpadeas. La imagen es como si los platos, vasos y ollas fueran un ejército enemigo listo para atacar tu paz mental. Ideal para quejarse del desmadre en la cocina con un toque dramático y medio exagerado.
"No manches, ya viste el fregadero, hay un ejército de trastes esperándome, siento que si me duermo me van a conquistar hasta el refri."