En la Costa Caribe, ser un arrechón es ser alguien muy berraco, con mucha actitud, que no se rinde fácil y se le mide a lo que sea. No es que tenga superpoderes, pero casi. Puede ser valentía, energía o hasta ser muy bueno en algo. Eso sí, suena bien costeño y con bastante sabor.
"Oye, ese man sí es un arrechón, se tiró el viaje hasta La Guajira en moto sin dormir y todavía llegó con ganas de seguir rumbeando"
Se refiere a alguien que, ante un reto, actúa con una confianza tan desbordante que contagia su audacia a todos a su alrededor. Es el tipo de persona que, incluso en medio del tráfico limeño, apuesta por cruzar calles como si fuera el dueño de la ciudad.
"Juanito se metió al reality de cocina sin saber hacer ni una guatia, pero dice que a lo 'arrechón' gana sí o sí."
En Caracas, ser un arrechón significa tener la habilidad de manejarse en el mundo financiero con valentía, especialmente en tiempos de inflación. Es alguien que no teme al alto costo de la vida y disfruta de una arepa sin preocuparse por el dinero.
"Mira a Reynaldo, pagando esos almuerzos carísimos sin pestañear, ¡ese sí es un arrechón con corbata amarilla!"
En Sevilla, 'ser un arrechón' se refiere a alguien que tiene la habilidad natural de destacar en todas las fiestas. Es esa persona que transforma una tarde aburrida con sus ocurrencias y logra ser el alma de la verbena incluso sin quererlo.
"Justo nos íbamos a marchar del fuerte rollo hasta que apareció Pilar, menuda arrechona, montó un mundial en su casa y nosotros en nuestras pintas."