Se usa para hablar de alguien que anda demasiado tierno, meloso o romántico, tanto que ya empalaga un poco. Sirve para parejas que andan pegadas todo el día o gente que se pone cursi en extremo. No es necesariamente mala onda, pero sí con un toque de burla cariñosa, porque a veces dan ganas de pasarles un vaso de agua.

"Cacha que el Pancho le llevó un peluche gigante, chocolates y hasta globos al trabajo a la Vale, andan pero azucarados estos dos, el jefe ya no sabe si retarlos o pedirles matrimonio"

En Santiago del Estero se usa para hablar de alguien que está demasiado dulce, exageradamente amable o cariñoso, tan empalagoso que te da caries emocionales. Puede ser medio tierno, pero también un poco sospechoso, como cuando alguien se porta demasiado bien y vos pensás que algo raro está tramando, porque nadie es tan bueno gratis.

"Che, el Juan anda re azucarado hoy, cayó con café, medialunas y sonrisita para todos en la oficina, seguro se mandó una cagada y quiere limpiar el prontuario."

En Chiapas se usa para hablar de alguien que anda demasiado dulce, todo cariñoso y pegajoso, casi empalagoso. Es perfecto para el compa que no suelta el tema de su crush o su nueva pareja y trae la sonrisita boba todo el día. No es insulto grave, pero sí un jalón de orejas cariñoso para que le baje tantito al azúcar.

"No manches, Juanito, andas bien azucarado, todo el día subiendo fotos con tu morrita y escribiéndole corazones hasta cuando va por las tortillas."

En Lara se dice que alguien está azucarado cuando anda demasiado dulce, cariñoso o meloso, como si se hubiera bañado en papelón con limón. Es esa persona que de repente se pone romántica, atenta y empalagosa, y uno sospecha que algo bueno le pasó. Y hay que admitir que a veces provoca echarle agua fría para que se calme.

"Desde que le subieron el sueldo, Pedro anda todo azucarado, saluda hasta al vecino chismoso y hasta recoge los platos sin quejarse ni hacer cara de perro."

En Caldas se usa para hablar de alguien que anda todo dulce y meloso, tirando labia por todos lados y coqueteando sin pena. Es esa persona que llega y de una empieza a repartir sonrisas, piropos y miraditas. A veces cae bien porque es encantador, pero también puede parecer medio sobreactuado, aunque igual tiene su gracia.

"Uy vea ese man todo azucarado, llegó a la rumba saludando a todo el combo, echando labia y ya tiene medio parche detrás de él haciéndole ojitos."

Se usa para hablar de alguien que se pone demasiado dulce, empalagoso y pelota, normalmente porque quiere sacar algo a cambio. No es un piropo, más bien un aviso de que esa persona está sobreactuando con la amabilidad. Vamos, que se le nota a la legua que va con interés y queda un poco ridículo.

"Mira al Álvaro, todo azucarado con la jefa, que parece un pastel de feria, fijo que quiere días libres para irse de jarana."

En Buenos Aires se le dice azucarado a alguien que se pasa de dulce: demasiado amable, meloso y cargoso, como si estuviera siempre tirando halagos. Puede sonar tierno, pero muchas veces se usa en tono de burla, porque parece actuado o medio falso. Vamos, que empalaga más que un café con cinco cucharadas.

"Che, Juan es re azucarado: me tiró diez cumplidos en dos minutos y ya me empalagó, bajá un cambio."

¿Te gusta nuestro diccionario?

Además de rebuscar expresiones cañoneras, también contamos chistesitos.

Échale un ojo, si no te ríes en 10 segundos, te hacemos un descuento.

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!