En Entre Ríos y buena parte del Litoral, gurí es la forma clásica de decir niño o pibe, a veces también un adolescente. Suena cercano y familiar, como cuando hablás del hijo, el sobrino o el vecinito del barrio. Es re de campo y de pueblo, y queda simpático sin ponerse cursi.
"Che, ¿dónde se metió el gurí? Hace un rato estaba en el potrero y ahora aparece con la pelota pinchada y barro hasta en las orejas."
En Entre Ríos se usa para hablar de un niño o de un pibe joven, con un tono cariñoso y medio pícaro. Puede ser tu hijo, tu sobrino o incluso un adulto que se comporta como si tuviera diez años. Es de esas palabras que te sacan una sonrisa porque te recuerdan a la infancia y a las travesuras del barrio.
"Che, dejá de hacerte el gurí y vení a dar una mano con el asado, que los invitados ya están clavando el diente al pan solo."
En Uruguay se usa gurí para hablar de un niño o un chaval joven, con un tono cariñoso y muy de barrio. Es de esas palabras que te sacan una sonrisa porque suenan a infancia, a plaza y a merienda con bizcochos. Si dices gurí ya se nota que sos del Río de la Plata o que al menos tenés buen oído.
"Che, el gurí del vecino no para un segundo, se sube al árbol, juega a la pelota y todavía le queda pila para ir a la escuela de fútbol"
Palabra muy usada en el litoral argentino, sobre todo en Entre Ríos y Misiones, para hablar de un niño o un chico joven. Suena tierna y un poco nostálgica, como algo que diría la abuela mientras mira fotos viejas. Es de esas expresiones que huelen a barrio, vereda, juego en la calle y merienda con pan con manteca.
"Mirá a ese gurí, salió descalzo a la vereda, se trepó al árbol del vecino y volvió todo embarrado como si viniera de jugar un clásico en la Bombonera"
En el Litoral y el noreste argentino, gurí es la forma bien de barrio de decir nene o pibe. Puede ser cariñoso y también medio retador, tipo cuando el chico anda inquieto o haciendo macanas. Lo vas a escuchar en Corrientes, Entre Ríos y Misiones, y suena re tierno aunque venga con reto.
"Che, gurí, dejá de treparte al árbol que tu mamá me mata. Miralo al pibe, no se queda quieto ni para comer una chipita."
Palabra muy usada en el nordeste argentino para hablar de un niño o un chico joven, con tono cariñoso y medio pícaro. Suele ser ese gurí que hace lío, se llena de tierra, rompe algo y aun así te saca una sonrisa. Es de esas expresiones que suenan tiernas incluso cuando lo estás retando, y la verdad es que tiene mucha onda.
"Ese gurí se trepó al mangal, se cayó, se embarró hasta las orejas y encima viene riéndose como si nada, ¿cómo lo reto así?"