Expresión bien puneña que se suelta cuando hace un frío brutal, de esos que te calan hasta los huesos y te hacen arrepentirte de haber salido de la cama. Se usa sobre todo en las mañanas heladas o cuando corre un viento gélido que parece cuchillo. Viene del quechua y suena tan dramática como el frío que describe.

"Achachay, hermano, con este frío ni el perro quiere salir a la calle, ya estoy pensando en ir a la tienda envuelto en frazada como tamal puneño."

Interjección muy usada en Puno y zonas andinas para quejarse del frío fuerte, de ese que cala hasta los huesos y te deja temblando. Se suelta cuando sales a la calle y el aire parece cuchillo. Viene del quechua y suena tan dramática que hasta da risa usarla, aunque estés tiritando como cuy en freezer.

"He salido sin chompa al mercado a las seis de la mañana, achachay, este frío puneño está más bravo que la mirada de mi vieja cuando llego tarde."

Expresión que viene del quechua y se usa cuando hace un frío que cala hasta los huesos, de ese que te deja tieso y con la nariz roja. Es como quejarse del clima pero con estilo andino y un poco de drama. Suena graciosa, pero cuando la dices de verdad es porque estás tiritando fuerte.

"Achachay, causa, este frío está más bravo que suegra en Año Nuevo, ya ni la chompa, ni la frazada, ni el chocolatito caliente me salvan."

Expresión que usas cuando estás muerto de frío, como si hubieras quedado atrapado en una tormenta helada y no puedes dejar de tiritar.

"¡Achachay! Este viento me tiene congelado, mejor nos metemos a un café a calentar motores."

Expresión utilizada para manifestar que se siente un frío repentino, como cuando sales sin abrigo y Cusco decide convertirse en un congelador.

"¡Achachay! ¿Quién dejó la puerta abierta? Parece que estamos en un iglú, hermano."

Expresión muy usada cuando hace un frío intenso que se te mete hasta los huesos, sobre todo si te agarra desprevenido. Viene del quichua y es como el brrr ecuatoriano, pero con más drama y sabor serrano. La sueltas casi sin pensar cuando sales y el viento te pega una bofetada helada en toda la cara.

"Achachay, ñaño, salí sin chompa y este viento está tan helado que hasta el perro del vecino tiembla como gelatina en fiesta patronal."

Interjección muy usada para quejarse cuando hace un frío que cala los huesos, de ese que te deja tieso y con las manos como cubitos de hielo. Es una palabra de raíz quechua que se ha colado en el habla diaria para exagerar lo helado que está el ambiente. Cuando alguien suelta achachay es que el clima ya se puso serio.

"Achachay, hermano, salí un ratito sin chompa y ya siento los dedos como paleta de helado, mejor nos quedamos adentro con un matecito bien caliente"

En Trujillo se usa achachay como queja medio dramática cuando algo molesta, sorprende feo o se vuelve un problema pesado. Es ese sonido que sueltan las tías y las abuelas cuando ven el desorden, la cuenta carísima o la metida de pata del día. No es insulto, pero se siente bien intenso, como un suspiro con ganas de renegar.

"Cuando vi mi cuenta del banco en cero después del tono, solo atiné a decir achachay, qué bestia, ni pa’l pan me dejaron esos desgraciaos."

Expresión quechua muy usada en Cusco para quejarse de un frío intenso, de ese que te cala hasta los huesos y te deja la cara como cubito de hielo. Es como un lamento dramático contra el clima helado, y la verdad es que suena tan exagerado que hasta da risa cuando lo dices tiritando.

"He salido a comprar pan en polo nomás y en la esquina ya estaba temblando diciendo achachay, este frío cusqueño sí que no perdona ni al más valiente."

Expresión muy usada en Ecuador para quejarse del frío cuando te cala hasta los huesos. Es como soltar un quejido dramático cuando el clima se pone mal plan y te arrepientes de no haber salido abrigado. Viene del quichua y suena tierna, pero cuando la dices es porque estás tiritando de verdad.

"Ñaño, anoche se fue la luz, se apagó la estufa y achachay, casi duermo abrazado al perro del frío que hacía."

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