Se usa cuando alguien cuenta algo sencillo como si fuera un dramón de telenovela, metiendo detalles, pausas y exageraciones para darle emoción. Es como convertir una anécdota normal en un capítulo entero, con giros, lágrimas imaginarias y todo el teatrillo. A veces hace gracia, pero también puede cansar si solo querías la versión corta.

"Tía, solo te pregunté cómo te fue en la cita y llevas veinte minutos echando una novela, que parece que estás contando una temporada entera de culebrón venezolano."

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