Se usa para decir que alguien tiene muy mala suerte, que todo le sale torcido aunque lo intente con ganas. Es como ir por la vida pisando todos los charcos y perdiendo siempre el último autobús. Suena suave, pero cuando la racha se alarga dan ganas de hacerle un exorcismo a la mala pata.

"Tío, tengo tan mala pata que ayer perdí el móvil, hoy me han multado y encima se me ha quemado la pizza del horno"

¿Te gusta nuestro diccionario?

Además de rebuscar expresiones cañoneras, también contamos chistesitos.

Échale un ojo, si no te ríes en 10 segundos, te hacemos un descuento.

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!