En Córdoba le decís mamerto a alguien medio lenteja, que vive en una nube y no caza una. Es el típico que se cuelga, reacciona tarde y parece que está mirando pasar los colectivos mentales. No es un insulto súper grave, pero sí un palito cariñoso para el que está en otra galaxia.
"Che, mamerto, te acabo de contar tres veces lo del asado del finde y seguís preguntando qué hacemos, ¿vos vivís en Saturno o qué?"
En Colombia se le dice mamerto a alguien visto como muy de izquierda, medio dogmático y con ganas de dar cátedra de política a la mínima. También se usa para el intenso que se cree dueño de la verdad y te suelta discursos eternos. Puede ser burla o insulto suave, según el tono. Y sí, suele venir con aire de universidad y asamblea.
"Parce, deje la mamertada un ratico y venga por una pola. Que estamos en parche, no en debate de asamblea con megáfono."
En el Cesar se le dice mamerto al que es medio lenteja para entender las cosas, como despistado crónico. Es el pana que uno quiere, pero que no agarra la idea ni a la tercera explicación. Suena a regaño, pero casi siempre va con cariño y con risas, muy de parranda vallenata y recocha entre amigos.
"Oye mamerto, si te digo otra vez cómo llegar a la casa termino yendo por ti a la plaza, porque te pierdes hasta en Valledupar centro."
En Colombia se usa para llamar mamerto a alguien que se pone intenso con la política, sobre todo si va de izquierdoso de manual, habla con superioridad moral y te suelta discursos eternos. También vale para el sabelotodo cansón que cree tener la verdad absoluta. No siempre es insulto heavy, pero sí bien burlón.
"En la rumba, Juan se puso a dar cátedra de Marx con una pola en la mano y nadie le pidió el TED Talk, qué man tan mamerto."
En Bogotá se usa para referirse a alguien de izquierda que suena ingenuo, intenso o pasado de rosca con el discurso político. Es el típico que todo lo ve revolución, capitalismo opresor y lucha de clases, incluso cuando uno solo quiere tomarse una pola tranquilo. Es medio burla, medio cariño, según el tono y la confianza.
"Parce, invite a Juancho a rumbear y el man se parchó en la sala a dar cátedra mamerta sobre el imperialismo mientras todos solo queríamos perrear suave."